lunes, 29 de diciembre de 2008

Castillos en el aire

















Hacer castillos en el aire consiste en soñar sin medida, no tener los pies en el suelo, pero... ¿se pueden construir fortalezas reales que parezcan sueños? (Imagen tomada en el Km. 173 de la A2)

miércoles, 17 de diciembre de 2008

El sol a través del bosque

















Se dice que Beethoven solía pasear por el campo antes de componer, a fin de inspirarse. El contacto con la naturaleza encendía su inspiración porque veía todos los seres como huellas del Creador y podía entender su mensaje profundo y dialogar con ellos: "Lo más bello que hay en el mundo -escribió- es un rayo de sol atravesando la copa de un árbol". (Imagen tomada en El Pardo)

miércoles, 10 de diciembre de 2008

E nellamore non so piu sperare

¿Qué ilusión prefieres tú?

















Ilusión
(illusĭo, -ōnis).
1. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
2. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo.
3. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.
4. Ret. Ironía viva y picante.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Ha de tener fortaleza

La primera condición de un hombre de Estado es la fortaleza. Su cuerpo ha de ser sano y fuerte. El tráfago de los negocios públicos requiere ir de un lado para otro, recibir gentes, conversar con unos y con otros, leer cartas, contestarlas, hablar en público, pensar en los negocios del Gobierno. Y sobre todo esto, se requiere una naturaleza muy firme, muy segura, para no dejarse aplanar en aquellos momentos críticos, de amargura, en que nuestros planes y esperanzas se frustran.

Sea el político mañanero; acuéstese temprano. Tenga algo en su persona del labriego; este contraste entre la simplicidad, la tosquedad de sus costumbres y la sutilidad del pensamiento, servirá para realzarle. Ha de comer poco también; sea frugal; tenga presente que no es el mucho comer lo que aprovecha, sino el bien digerir. En sus comidas tome espacio y sosiego; coma lentamente, como si no tuviera prisa por nada.

Para estar sano y conservar la fortaleza ha de amar el campo; siempre que pueda húrtese a los cuidados de la Corte o del Gobierno, y vaya a airearse a la campiña. Ame las montañas; suba a ellas; contemple desde arriba los vastos panoramas del campo. Mézclese en la vida menuda de los labriegos y aprenda en ella las necesidades, dolores y ansias de la nación toda.

El Político, de Azorín